Desde mi infancia que me aqueja una perturbadora enfermedad, que es la Melomanía.
En su efecto, he pasado noches insomne, intranquila por no poder recordar el nombre del Cantante, o la nota que le sigue (cuando en mi vida he dado con alguna nota) a cierta canción o melodía. He llegado a mandar mails a radios preguntando por el tema que pusieron a una hora determinada, o a morder pilas intentando alargar su vida útil (que créame, funciona). He considerado incluso con más seriedad de la deseada la prostitución o el robo, con el fin de adquirir un IPOD, juguetito endemoniado. Estoy sorda y huraña, puesto cada vez se me hace más difícil quitarme los enviciantes audífonos, y todavía a veces hay posturas físicas que me resultan incómodas, producto de una fractura costal (4 costillas), merecida en mi afán por pasar un Festival Punk cerca del escenario, en esa vóragines de patadas y combos conocida por Slam.
Durante la adolescencia, fui víctima de mi propia tontera, cuando, decidí abanderarme a una torpe teoría (de mi autoría) en la que, generalizando respecto al género másculino, los dividía a estos entre "rockeros" y "mamones". Para mi desgracia, siempre me gustaron los mamones (obviamente me ignoraban), siendo constantemente cortejada por cuanto músico (y aspirante, iniciado, consagrado o payaso que se diga tal) apareció en mi vida, a quienes me di el lujo de ignorar, huirles o hacerlos motivo de burla. Por lo tanto, lamentablemente fue tarde,(cerca de los 20 años),cuando me conecté con la (en el caso de los lectorEs, El) groupie que llevamos dentro.
Porque el Efecto Escenario existe, inexplicablemente, en el Inconsciente Colectivo. (La película "Full Monty" es sin duda, una buena manera de graficar el Fenómeno del que le hablamos.) Usted puede ver cómo personas objetivamente olvidaditas de la mano de Dios, se vuelven realmente deseables sobre el podio.
No crea que le hablamos de los cantantes-caras-bonitas cuya imagen es enganche incluso más importante que la calidad de su música a la hora de ventas. No hablo de las colegialas llorando porque tocaron a Enrique Iglesias, Gustavo Cerati, Paolo Meneguzzi, Luis Miguel o a Juanes, ni de los Hombres que, odiando el pop aman a Jennifer López, Britney Spears o a Christina Aguilera.
No, hablo del verdadero fenómeno: cuando durante un Show de los Babasónicos, Adrián Dárgelos se hace el hombre más atractivo del Estadio,(pregúntele a las damas), cuando hay niñas que durante su tierna época escolar no se pierden espectáculo (a pesar de la decadencia)de Charly García, o cuando, en la confusión y parafernalia farandulera, inexplicablemente Arjona, Frank Black, Morrisey, Alejandro Sergi, Jorge Gonzalez, Tommy Rey, todo integrante de Placebo, The Strokes, Vivi Kreutsberguer, M° Fernanda Aldana, y un sinnúmero de personajes se convierten en Sex Simbols, Latin Lovers,o Amores Platónicos del público. No es la fama, puesto los famosos que no se suben al podio no cuentan con éste potente y efectivo afrodisíaco. NO. Son las Tablas, el Podio, la Tarima. Observe....verá que los fanáticos, hoy, mas que fans, son enamorados....
