jueves, septiembre 22, 2005

La Mala Lengua, firme en sus valores, abanderada en sus principios, pretende, (¿maquiavelicamente?), si bien no erradicar (somos realistas), que sea denunciar, (y sí, ojalá aplastar, disminuir, opacar), todo esnobismo, siutiquería, postura sobreactuada, seudonovedad sobrevalorada, y transgresión injustificada. En fin, todo lugarcillo común.
Tiemble Paulo Coelho en su podio de Gurú de la Autoayuda, tiemblen los Tontos Graves, las Vacas Sagradas, los Talibanes de la Udi, los Inflados Memoriones, los entendidos en Djs electrónicos y en intimidades de la realeza, los Espiadorcillos sin vida propia, los Siniquines sonrientes. Tiemble Monseñor y sus ovejas sexistas cartuchas, tiemble el Padre John y su discurcillo respecto a Subarúes y todo vehiculo caro, José Miguel Villouta y su oportunismo de gay antes-discriminado. Tiemblen los Artistas incomprendidos, las obras pretenciosas y precarias,el blablá, los punketas de la dehesa y su agresividad infundada, los intelectualoides y sus crisis existenciales-caprichos de niño-rico-, los panoramas malos y los esterotipos humanos predecibles. Tiemblen, porque la mala lengua no escatima en decencia, discreción o buen gusto: la mala lengua apunta con el dedo, dice nombre y apellido.
No os asusten, que no es esta la Inquisición. LaMalaLengua se sensibiliza también con toda persona, obra o situación de valor. El resto, tiemble.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

También que tiemblen los mamones miserables, los galanes de cuarta y los acomplejados. Y los poleros

La Trabalenguas

10:17 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Comentarios suprimidos son exclusivamente publicidad e impersonalidades.
La Dirección

5:06 p. m.  
Blogger De Josefa said...

me he pasado un buen rato leyendo tu blog. escribo con cuidado, por lo mismo. supongo difícil no caer en alguna de las categorías detestadas y apuntadas con el dedo.

me pongo el parche antes de la herida: pienso: seguro algo de siútica he de tener. la verdad, prefiero cursi. algo tropical, a pesar de haber sido educada en el rigor de lo sobrio, por desprecio al miedo que esconde esa misma sobriedad. miedo al entusiasmo, en el que podría esconderse el exceso. miedo al ridículo, siempre vergonzante.

seguramente también peco de pretensiosa, intelectualoide, rebelde sin causa, pobre niña rica, y muy especialmente, ahora último, peco de triste y amarga. por eso he escondido mi blog, porque lo estaba convirtiendo en un verdadero bazar de lamentos.

en ocasiones, reirnos del resto funciona maravillosamente para inflar el ego propio. otras, a mí al menos, me hace recordar a la niña aterrorizada de estar del lado de los burlados y no de los burladores. de pronto, me veo del otro lado, burlada, y secretamente disfruto. disfruto sobre todo compartiendo ciertas miradas patéticas sobre mí misma, como si esas miradas me libraran de la necesidad de la distinción. seguramente por eso te cuento estas cosas a ti.

gusta leer tu "modesta y estupenda" redacción. he gozado contigo.

un abrazo, "guapa".

6:17 p. m.  

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